Actualmente no tenemos tiempo para nada, todo lo vivimos a medias, todo lo queremos inmediato por la prisa de pasar a la siguiente tarea, que también queremos terminar rápido, en fin, un ciclo así todo el día para nada. Solo para llegar cansado a casa y sentir que fuiste productivo, y ver al final de la quincena, dinero, que tampoco podrás disfrutar porque no tendrás tiempo.
Por todo lo anterior se han inventado los audiolibros, para que leas, escuches nuevas historias y te nutras aunque estés haciendo otras cosas. Los audiolibros te permiten seguir leyendo en esos momentos donde no puedes concentrarte en la lectura en papel o en pantalla, mientras estás en el coche, mientras haces deporte o mientras viajas.
Poco a poco, los audiolibros empiezan a inundar la industria de la literatura. Estados Unidos tiene el mayor mercado del mundo, con más de 2,5 millones de dólares en ventas en 2017. En España, este formato también está asomando la cabeza, con editoriales como Penguin Random House, Planeta o Nórdica que ya cuentan en sus catálogos con títulos en forma de audiolibro. Storytel, en su año y medio de vida en nuestro país, dispone de unos tres mil audiolibros en su colección y el aterrizaje de Audible, el nuevo servicio de audiolibros del gigante Amazon es inminente y amenaza, por su enorme poder, con abrir definitivamente la veda del audiolibro en nuestro país.
¿Cuáles son las diferencias?
Existe un debate en el mundo editorial: ¿oír un audiolibro cuenta como leer un libro? La experiencia literaria es muy similar al leer un libro y al escucharlo. Tus sentidos se anulan y surge una historia en tu cabeza. El acceso a la historia es el mismo, solo hay un cambio de tu propia voz por la de otro narrador. No solo ofrece una experiencia similar, sino que puede mejorarla.
Los audiolibros no están narrados por una voz robótica tipo Siri. La locución puede incluso mejorar la experiencia auditiva respecto a la lectura tradicional. Según un estudio, los resultados de leer y oír, aun siendo distintos, no son ninguno mejor o peor que el otro, aunque existen algunas diferencias a la hora de interiorizar la historia.
Los audiolibros funcionan cuando los textos son planos, sencillos, sin metáforas complejas, sin imágenes crípticas. Porque hay textos más densos que requieren reducir la velocidad de lectura, e incluso releer un fragmento, o incluso quedarnos detenidos en una palabra.
Algo que también destacan como diferencia principal entre audiolibros y la lectura convencional es la respuesta emocional que pueden provocar los primeros. Además la mayoría de lectores no recuerda si ha leído o escuchado un libro, se acuerdan de la historia.
Un papel complementario
El futuro de la industria editorial no va a depender de la lectura de los audiolibros, es una forma de consumo que suma mucho más de lo que resta. También ayuda a que un nuevo tipo de público descubra la literatura a través de esta nueva forma de consumo narrativo. Para muchas personas los audiolibros ya se han adaptado con facilidad a su vida.
Con información de El Confidencial